AGRADECIMIENTO
El fulgor de tu beso inesperado
ha convertido mi centro en llamarada
se salva así mi naufragio en tu mirada
Ya te puedo nombrar: mi bien amado.
Se estremecen mis huesos por lo dado
que ha revertido la noche en alborada
haciendo de lo oscuro luz dorada
que ha revertido la noche en alborada
haciendo de lo oscuro luz dorada
al convertir en escritura lo callado.
Ya suavemente estás en lejanía.
Ya un jilguero desde muy adentro
canta restaurando presto la armonía.
Ya, hasta encuentra mi mente la osadía
de no llamar a tu puerta cuando entro,
de no llamar a tu puerta cuando entro,
que el regalo que me has dado te ha hecho mía.
Pepa Puncel
Pamplona 24/04/2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario