Hay uno que me espera con su miembro dispuesto. Estar a su lado costaría menos que un suspiro pero todo mi aliento está puesto en tu nombre. Me quema tu cuerpo de aire entre mis piernas y mi vientre late con un placer que no puedo abrazar. Me doblo con un gemido ronco. Sola, solamente a ti yo te deseo y los demás me sobran y me abruman.
2 comentarios:
Los demás no sobran nunca, mujer. Je, je.
tengo tendencia a ser un poco dramaticocatastrofica. Pero no llega la sangre al rio
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